El parque del cementerio japonés se construyó en 1891 para servir como lugar de descanso final para los residentes japoneses en Singapur. Estos consistían principalmente en comerciantes y prostitutas japonesas que vivían en Singapur desde finales del siglo XIX hasta principios del siglo XX. El cementerio ocupa 7 acres de terreno (más de 28.000 metros cuadrados), lo que lo convierte en el cementerio japonés más grande del sudeste asiático.

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Después de la Primera Guerra Mundial, más comerciantes y comerciantes japoneses llegaron a Singapur, por lo que la población japonesa en el país creció. Después de su muerte, fueron enterrados o incinerados en el cementerio con lápidas y placas conmemorativas detalladas y elaboradas.

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